Chiara De Virgilio & her dream
Dream more they told her and she did and now she accomplished her dream let me introduce this young Argentinean girl who becoming an amazing basketball player It’s an honor for us to have your self as an ambassador of Basketball for this foundation Casa Argentina
Take one step closer to meet Chiara
Once your learn your worth you allow your self to receive what you deserve a fraction of time you know will decide the rest of your life. Thinking all that is is all that’s possible, your passion, your effort, your dedication it’s the reason for everything , either because you never quite had you’ve dreamed of, each step each success and even each supposed failure has all led to this moment the one of continuing to choose your present and take a risk in your future on your self and your dream.
Chiara Journey & her dream
Comencé a jugar basquetbol a los 8 años en un club de mi barrio en la Ciudad de Rosario, Santa Fe, llamado Club Atlético Temperley. Rosario es mi ciudad por adopción, llegué con apenas un año de edad, proveniente de la hermosa San Carlos de Bariloche, Rio Negro, lugar donde nací. Allí tuve la posibilidad de formarme en las categorías formativas iniciales que se conocen como premini, mini, U13, e incluso perteneciendo a esta última jugué en las categorías inmediatas superiores, U15 y U17. Durante los años 2008-2013, competimos en el torneo local de Rosario, llegando a finales y consagrándonoscampeonas en la Categoría U13 en el periodo (2011-2013), y en la categoría U15 en (2012-2013). También en el año 2013 y con 13 años de edad integré el equipo de U17 que participó de la Liga Nacional U17. A la vez durante este periodo formativo tuve la posibilidad de ser preseleccionada en el equipos de la Asociación Rosarina de Básquet en los años 2011 y 2012; durante esta experiencia más allá que finalmente no integré el equipo, aprendí y me lleve conmigo muchas herramientas que me ayudarían luego en mis años posteriores de desarrollo.
En 2014, decidí seguir con mi desarrollo deportivo en otro club de mi barrio, el Atalaya Club. Esta etapa en el “ Capo de la Sexta”, marcaría los años más importantes de mi carrera. Sumadas a la posibilidad de competir en las categorías formativas desde U14 a U18, marcó mi debut en la Primera División en el año 2015. A los torneos locales se sumaron las Ligas Nacionales U17 de los años 2014/2015/2016/2017 y el Torneo Federal de Primera División en el año 2017. Asimismo participé en Torneos Interasociativos ( Provinciales ) con la Selección de la Asociación Rosarina de Básquet, Torneos Federativos ( Nacionales ) organizados por la CABB con la Selección de la Federación Santafesina de Básquet de Santa Fe lo que me abrió la posibilidad de que en febrero de 2017 fuese convocada a la Preselección Argentina U17 con vistas al Torneo Sudamericano U17 de ese año.
Esta etapa estuvo marcada por varios logros sucesivos en todas las categorías en que participé. En 2014 sumados a los subcampeonatos logrados en las categorías U14/U16/U18 participé por primera vez en la obtención del Torneo Interasociativo (Provincial) y el Torneo Interfederativo (Nacional) con las selecciones de la Asociación Rosarina de Básquet y la Federación Santafesina de Básquet de Santa Fe, respectivamente.
El año siguiente sería uno de los más especiales tanto para mí como para el Club, ya que pudimos coronarnos campeonas a nivel nacional al obtener de manera invicta el Torneo Nacional Interclubes U17, justamente, con la categoría U17, siendo la primera vez que un equipo de la Provincia de Santa Fe alcanzara este título; sumado a esto el dominio absoluto en los Torneos locales de U16 y U18. Este año también cuenta con mi debut y participación en la categoría de Primera División con tan solo 15 años, capitalizar esta experiencia, me enseñó muchos fundamentos y distintos conceptos del juego que pude adaptar a la hora de competir en las categorías menores. La obtención del subcampeonato del Torneo Interasociativo con la Selección de la Asociación Rosarina de Básquet U17 cerró un año más que interesante en cuanto a resultados.
En 2016 se repetirán los logros a nivel local, esta vez con las U16 y U19 con un dominio absoluto en el torneo local, agregando que por primera vez, participé en mi primera Final de Primera División, obteniendo el subcampeonato de la categoría. Nuevamente repetí mi participación en la Liga Nacional de Clubes U17, donde junto con mi equipo, Atalaya Club, no pudimos lograr defender el título, obteniendo un 3er puesto, alimentando las ganas de revancha para el siguiente año. Repito también mi participación en los Torneos Interasociativo e Interfederativos con las selecciones de la Asociación Rosarina de Básquet y Federación Santafesina de Básquet de Santa Fe obteniendo el Campeonato y Subcampeonato de la Categoría U16, respectivamente.
Si bien los resultados obtenidos denotan un año exitoso en cuanto a lo competitivo, sin dudas el hecho más significativo fue el que, junto con mi familia, decidimos empezar a construir el sueño de jugar y estudiar en una universidad en Estados Unidos. Para tal fin se contrató a una agencia de reclutadores estadounidenses con el cual comenzamos a proyectar posibles visitas a universidades en USA.
En los primeros meses del 2017, viajamos a los Estados Unidos para visitar tres universidades y poder empezar a emprender ese sueño en el que tanto veníamos trabajando. De regreso de este viaje, decidí que el 2017 iba a ser mi último año en el Atalaya Club. Como indiqué anteriormente este año obtuve mi primer llamado para entrenar con el equipo Nacional Argentina el cual se preparaba para el Sudamericano U17 de ese año. Lamentablemente fui parte del último corte de ese equipo que viajó a Bolivia por el sueño de clasificarse a un Pre Mundial y consagrarse campeón. Por otro lado, fui nuevamente parte de la consagración del campeonato U19 del torneo local, y del subcampeonato de Primera División. En la pelea del título en la Liga Nacional de clubes U17, perdimos ante el C.A. Lanús obteniendo el Subcampeonato Nacional. Al igual que los años anteriores participé del torneo interasociativo U17, con el equipo rosarino el cual perdió la final, sumando otro segundo puesto a mi podio. Finalmente, para cerrar el año, en el torneo de Nacional de Federaciones de CABB, mi participación en el equipo santafesino ayudó a conseguir el triunfo absoluto en la categoría U17.
Como es fácil de suponer toda esta etapa y experiencia resultaría vital a futuro para mi desarrollo físico y mental que me ayudarían a dar el siguiente paso en mi carrera deportiva.
A los 18 años sentí que era hora de hacer un cambio y buscar algo más en lo deportivo, con la certeza que el 2017 había sido mi último año en mi club, tomé la decisión de ir a jugar al C.A. Vélez Sarsfield, en el cual participé en la Liga Nacional de Básquet Femenino, Liga de Desarrollo y el Torneo local. Ese mismo año, 2018, fui una vez más parte de los entrenamientos en el equipo Nacional Argentino de cara al Premundial U18, gira a Francia y los Juegos ODESUR en Bolivia. Sin dudas se convirtió en un año decisivo y preparativo ya que se venía la hora de tomar una decisión de encaminar la oportunidad en los Estados Unidos, o de continuar mi carrera deportiva en Argentina. Desafortunadamente, no pude formar parte del equipo Argentino. Este corte me llevó a tomar la decisión de aceptar el ofrecimiento de Beca Completa y firmar con un College en los Estados Unidos. Esto, significó tener que dejar el C.A. Vélez Sarsfield a mitad de torneo local, Liga Nacional y Liga de Desarrollo. En Agosto de 2018, me encontraba en un avión de camino a Concordia, Kansas en busca de estudiar y jugar con Beca Completa en un Junior College, Cloud County Community College (CCCC) sería mi primera parada. Este era parte del West Conference formado por el National Junior College Athletic Association (NJCAA). De esta manera, comenzaba un nuevo desafío y una nueva etapa en mi vida que me iba a llevar a vivir experiencias únicas.
Para los que carecen del conocimiento del sistema educativo estadounidense, los estudiantes-atletas son permitidos competir en un mismo deporte por tan solo 4 años. Por lo tanto, este sistema educativo cuenta con universidades donde solamente podes obtener Grado Asociado de 2 años, conocido como Junior College, y otras universidades que consisten en la oportunidad de obtener un Grado de Bachillerato (4 años), una Maestría (entre 6-7 años) , y/o un Doctorado (7+ años). Con esto dicho, jugar un en Junior College me otorgaba la posibilidad de no solo tener un Grado Asociado primero sino también de competir en una liga de edad más corta, aumentando las posibilidades de obtener más minutos dentro de la cancha.
Nuestro equipo de CCCC llegó a instancias de cuartos de final de la Conferencia, perdiendo no solo la posibilidad de pelear por un puesto en el podio sino que también por el cupo para competir en el NJCAA. En lo personal, lo que parecía ser una temporada con muchos récords y logros personales, a mitad de temporada, con el transcurrir el segundo semestre, esos sueños y posibilidades, se fueron diluyendo. Esto y a pesar que, en lo académico, en febrero del 2019, recibí un premio por conseguir un alto promedio de calificaciones (GPA), en otras palabras, un reconocimiento por notas altas en comparación con el resto de estudiantes, me llevó a tomar la decisión de transferirme a otro Junior College. Jefferson College ubicado en Hillsboro, Missouri sería mi próximo destino.
Previo a esto y una vez terminada mi primera temporada en los Estados Unidos, volví a mi hogar, a mi ciudad, Rosario, inmediatamente me incorporé al plantel de U19 y Primera División de Atalaya Club. En esos 3 meses fríos de invierno del 2019, el plan fue poder mantenerme jugando y sumando experiencias en el torneo local con dichas categorías, y a su vez, compitiendo en la conocida Copa Santa Fe jugada con la Primera División. A fines de Agosto de 2019 ya me encontraba de camino a Hillsboro, Missouri, en busca de nuevas experiencias y de continuar mi carrera universitaria. Honestamente, aunque mi paso por Jefferson College fue cortado imprevistamente por el Covid-19, puedo confirmar que fue uno de mis mejores años deportivos universitarios. En él, mi gran aporte en el equipo llegó a jugar por primera vez en la historia de la universidad la semifinal de conferencia Medio Oeste del NJCAA, como última instancia. También me otorgaron un lugar en el segundo equipo de toda la conferencia conocido como el award (premio) “Second Team All-Region”. Para los que no comparten el significado de este reconocimiento es un premio a todos los estudiantes-atletas que se destacaron en esa temporada por encima de todos las jugadoras de los distintos equipos de esa región conocida como Medio Oeste. Por otro lado, recibí otro reconocimiento académico por mis eficiencia en las notas de mis clases, y además, terminé mi carrera en el Junior College con un Grado Asociado de dos años en artes y ciencia. Ahora mi siguiente paso era encontrar una universidad de 4 años en el cual me permitiera poder continuar mis estudios en busca de un Grado de Bachillerato, y a su vez, de seguir construyendo mi carrera deportiva.
En cuanto a los años de elegibilidad que oficialmente tenía cuando comencé este proceso, 4 de ellos, cambiaron una vez que el Covid-19 nos obligó a modificar nuestro estilo de vida. Todas las asociaciones deportivas encargadas de las universidades estadounidenses se vieron perjudicadas a lo hora de comenzar un torneo, por lo tanto, estas mismas decidieron otorgarles a todos los estudiantes-atletas actuales, que se encuentran en el sistema, un año más de elegibilidad, en mi caso, pasé de tener permitido jugar 2 años más a tener 3 años para poder competir al nivel universitario; por ende, la búsqueda de una nueva universidad generó mucha incertidumbre. Para entender el contexto en que me encontraba, la pandemia hizo que me refugiara en Atlanta, Georgia donde vivía mi hermano ya que el retorno a mi país se veía afectado por el Covid-19. Afortunadamente, en esos 7 meses de cuarentena, conseguí firmar con una universidad de West Palm Beach, Florida, Keiser University.
Para septiembre del 2020 me encontraba estudiando y jugando en la conferencia del sur del país distinguido como “The Sun Conference” que forma parte del National Association of Intercollegiate Athletics (NAIA). Más allá de las condiciones del Covid-19, pude competir y obtener distintos logros académicos y deportivos a lo largo de dos temporadas consecutivas. Entre ellas, se pueden destacar más reconocimientos académicos en ambos años y la obtención del Grado de Bachillerato en Ciencias del Deporte. Por el lado deportivo, recibí el reconocimiento conocido como “The Sun Conference: 2021-2022 Women 's Basketball Academic All-Conference Team.” Este se basa en una selección entre los equipos de dicha conferencia con respecto a lo académico. Las únicas jugadoras que participan de esta selección necesitancumplir con ciertos requisitos. Por ejemplo, comenzar en al menos la mitad o jugar en al menos dos tercios de las competiciones del equipo como contribuyente significativo, y lograr un promedio de calificaciones (GPA) acumulativo de 3.30 o mejor en una escala de 4.0, siendo 4.0 lo más alto de las calificaciones.
Ya en el 2022, graduada con mi título del Grado de Bachillerato, me encontraba en una situación donde tenía que optar entre utilizar mi año extra de elegibilidad otorgado por el Covid-19, o empezar mi carrera profesional en otro país. Entre la búsqueda de una nueva universidad y la incertidumbre de qué elegir para mi futuro, me llega la posibilidad de poder extender mi carrera universitaria en Seattle Pacific University, ubicada en el estado de Washington. Con esta oferta, se me daba la oportunidad de competir en unas de las Asociaciones más competitivas de USA, la National Collegiate Athletic Association (NCAA división II). Esto hizo que finalmente me decida por finalizar mi carrera universitaria en SPU, donde competiría en la conferencia noroeste conocida como “Great Northeast Athletic Conference” y donde finalmente obtendriamos uno de los mejores records de los últimos años del programa, aunque hayamos cerrado el año con una derrota en la semifinal de la Conferencia; tenía ante mí un gran desafío en lo deportivo, ponerme a prueba en unas de las altas ligas universitarias más reconocidas en los Estados Unidos de América. En Septiembre del 2022, daba inicio a una nueva temporada. Ya instalada en Seattle, pronto llegarían las sesiones de entrenamientos, clases y adaptación a ese nuevo entorno y como siempre en este hermoso viaje, la posibilidad de conocer nuevas costumbres, idiosincrasias, formas de vida; hoy sin dudas y a pesar que no pude completar la temporada debido a que sufrí una rotura de ligamentos cruzados y meniscos promediando la misma, puedo decir que fue uno de los años más importantes para mi, ya que todo lo aprendido me ha dejado tanto en lo deportivo como en el crecimiento personal, un plus difícil de imaginar al iniciar esta última etapa. Sin dudas, a pesar de que mi carrera deportiva universitaria concluyó de esta manera abrupta, no puedo dejar de sentirme orgullosa al ver que cerré la misma, luego de 5 años, con 132 partidos jugados, 916 puntos, 400 asistencias, 457 rebotes, 185 robos, 22 bloqueos, y con un porcentaje de campo de 35%, 33% de tiro de 3 puntos y 77% de tiros libres. Una carrera expresada en números, porcentajes, estadísticas aunque también me enorgullece todo aquello transitado y que no se mide en estos términos, que se resume simplemente en lo vivido, lo aprendido, lo disfrutado, lo extrañado, las personas, los lugares, lo bueno y lo malo, en definitiva, ese capital que adquirimos, que internalizamos y que nos acompañará por siempre.
Actualmente, me encuentro viviendo con mi familia en la ciudad de San Juan de Puerto Rico, haciendo mi rehabilitación en ABS Athlete Basics & Specifics que está en manos de Prof. José Cruz, y preparándome para la siguiente etapa de mi vida y mi carrera deportiva, con muchas ganas y alimentando nuevos sueños.